lunes, 26 de agosto de 2013

La palabra poeta



Me ocasiona pavor la palabra poeta
precediendo mi nombre,
me ocasiona pavor la palabra poema
definiendo mis torpes ejercicios de escritura,
Pavor, cuando gotea sobre la mesa donde escribo
la palabra poesía, sangre de pez cazado
en fosas oceánicas. Espacios donde la luz no enciende
el escamoso deslizar del cuerpo entre las rocas.

Tiemblo,
porque no ha sido el verso el césped manso
donde mis niñas persiguen escarabajos rojinegros
como banderas conmemorativas.
Todo lo contrario,
herbazal herido por el zigzag de la culebra,
altas hojas que asfixian las flores silvestres. Hojas espadas.
Manos que estrangulan la belleza en los amplios portales
de una casa de familia. Sombra que puede preservarse
en las alacenas del dolor.
Moisés Mayán.Holguín.

viernes, 23 de agosto de 2013




LA CALMA Y EL SILENCIO



En aquel tiempo eran muchos los que se retiraban
a la soledad de los montes a meditar.
Y eran muchos los que en el silencio
de los volcanes nevados y de los pequeños valles ocultos,
se buscaban a sí mismos.

Pero Quetzacóatl les decía:
Aquellos que buscan el Silencio en la calma
nunca lo encontrarán desnudo.
Para desnudarlo hay que buscarlo entre el bullicio.

Díganme:
¿De qué sirve a un corazón tener
calma en medio de la soledad?,
¿A poco no es como la calma
que tiene un lago estancado en un valle?

Más, ¡Que grande es un corazón
cuando en medio de las dificultades
y los problemas conserva la calma
y se viste con el Silencio!
Es como el torrente que resbala
sereno por la ladera de la montaña.

Algunos van a lugares donde
lo más que les molesta es el canto de un pajarillo
o el sonido que arranca el viento
a las hojas de los árboles.
Y piensan: Estoy tranquilo y sereno
en este lugar, ya he alcanzado la calma
y el Silencio es amigo de mi corazón.

Pero cuando vienen al bullicio,
sus pulsos se agitan y sus corazones se alteran,
y sus pensamientos chocan con violencia
en sus frentes, y yo les preguntaría:
¿Dónde guardaron la calma?,
¿Qué morada le prepararon
en sus pechos que tan pronto se les fue?

Sepan que aquel que busca el Silencio interior
debe encontrarlo en medio de los ruidos
y de las voces y de los gritos,
y tomándolo debe sentarlo en su corazón,
y al escucharlo ya no oirá hacia afuera sino hacia dentro.

Y en verdad les digo, que ni cien tormentas,
ni la explosión de mil volcanes
podrían ya nunca separarlo de él.

Para buscar pues, la calma Interior,
no vayan adonde todo es calma
sino adonde no hay paz, y sean ustedes la paz.
De esta forma la encontrarán al darla,
y la tendrán en la medida
en que vean que otros necesitan de ustedes para calmarse.

Del Libro: Así Hablaba Quetzacóatl